Cientos de miles de virus diferentes están al acecho

Análisis de virus potencialmente peligrosos para el ser humano realizado por la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Biodiversidad y Servicios a Ecosistemas (IPBES, en inglés).
Investigadores sobre el ébola en un campo de Sierra Leona, Los científicos destacan la relación entre el cambio climático, la degradación ambiental y la transmisión de virus de especies silvestres al ganado y de éste a los humanos. Foto: Laura Gil/IEAE

Unos 850 000 virus distintos, que viven en aves y mamíferos, tendrían capacidad de infectar a los humanos, sobre todo si crecen la degradación ambiental y el cambio climático, advirtió en esta ciudad alemana la Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios a Ecosistemas (IPBES, en inglés).

Para Peter Daszak, conductor del estudio de IPBES, “no hay un gran misterio sobre la causa de la covid-19 o de cualquier pandemia moderna. Las mismas actividades humanas que impulsan el cambio climático y la pérdida de biodiversidad también generan esos riesgos a través de sus impactos en el medio ambiente”.

Esas actividades, según el experto, son “la forma en que usamos la tierra, la expansión e intensificación de la agricultura, y el comercio, la producción y el consumo insostenibles, que perturban la naturaleza y aumentan el contacto entre la vida silvestre, el ganado, los patógenos y las personas”.[pullquote]3[/pullquote]

“Ese es el camino hacia las pandemias”, resumió.

Una veintena de científicos reunidos por IPBES consideró que en mamíferos y aves puede haber 1,7 millones de virus “no descubiertos”, la mitad de ellos con potencial para infectar a los humanos, y recordaron que cada año surgen al menos cinco nuevas enfermedades con capacidad para propagarse como pandemias.

La actual covid es la sexta desde la gran pandemia de influenza de 1918 y, aunque tiene origen en microbios transportados por animales, como todas las anteriores, su aparición ha sido impulsada enteramente por actividades humanas, indicaron.

La plataforma científico-técnica señaló que 70 por ciento de las enfermedades emergentes, como el ébola, el zika o la encefalitis de Nipah, pandemias como la influenza y el VIH/Sida, son zoonóticas, es decir, causadas por microbios de origen animal, que se propagan al contacto entre la vida silvestre, el ganado y las personas.

Según el estudio, en el futuro las pandemias surgirán con más frecuencia, se propagarán más rápidamente, harán más daño a la economía mundial y matarán a más personas que la covid, a menos que haya un cambio transformador en el enfoque global para abordar las enfermedades infecciosas.

El cambio climático ha estado implicado en la aparición de enfermedades y probablemente causará nuevos riesgos de pandemia al incidir en el movimiento de personas, la vida silvestre, los reservorios, los vectores, y en la propagación de sus patógenos, por nuevas formas contactos entre especies.

Además, la pérdida de biodiversidad asociada con la transformación de paisajes puede conducir a un mayor riesgo de enfermedades emergentes, pues especies que se adapten bien a ambientes dominados por humanos también pueden albergar patógenos que presentan un alto riesgo de transmisión zoonótica.

Entre muchos ejemplos, el estudio mencionó la quitridiomicosis, una infección causada por hongos en anfibios que apareció en todo el mundo debido al comercio de vida silvestre. Solo en China, la crianza de “animales no tradicionales” generó 77 000 millones de dólares y empleó a 14 millones de personas en 2016.

La buena noticia es que las estrategias globales para prevenir pandemias, basadas en reducir el comercio de vida silvestre, el cambio de uso de la tierra y el aumento de su vigilancia son mucho más baratas que encarar una pandemia, pues requerirían entre 40 000 y 50 000 millones de dólares al año, según el estudio.

En cambio, recordó IPBES, el costo de la covid se estimaba en julio entre ocho y 16 billones (millones de millones) de dólares, y solo en Estados Unidos (el país con más casos y fallecidos) puede llegar a 16 billones de dólares para finales de 2021, y eso asumiendo que para entonces ya exista y se aplique una vacuna efectiva.

“La abrumadora evidencia científica apunta a una conclusión muy positiva, tenemos la capacidad cada vez mayor de prevenir pandemias”, según Daszak, “pero nuestro enfoque se ha estancado, todavía confiamos en los intentos de contener y controlar las enfermedades después de que surgen, a través de vacunas y terapias”.

“Podemos escapar de la era de las pandemias, pero se requiere un enfoque mucho mayor en la prevención, además de la reacción”, concluyó.

A-E/HM

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