América Latina sufre su mayor caída en 120 años

Una madre trabajadora con su hijo en un campo de Guatemala. El desempleo femenino sería de 22 por ciento en América Latina si se mantuvieran buscando trabajo las mujeres que deben dejar de laborar para dedicarse al cuidado de hogares y familia, según la Cepal. Foto: BM
Una madre trabajadora con su hijo en un campo de Guatemala. El desempleo femenino sería de 22 por ciento en América Latina si se mantuvieran buscando trabajo las mujeres que deben dejar de laborar para dedicarse al cuidado de hogares y familia, según la Cepal. Foto: BM

América Latina y el Caribe es la región del mundo en desarrollo más golpeada por la crisis derivada de la pandemia covid-19 y su economía experimenta el mayor retroceso en 120 años, una caída del producto interno bruto de -7,7 por ciento, indicó el balance preliminar para 2020 entregado este miércoles 16 por la Cepal.

La caída se suma a un crecimiento cada vez menor desde 2014 y los niveles previos a la pandemia podrían alcanzarse recién en 2024 –y quizá hasta en 2030- por lo que la región encara “una década perdida”, dijo la secretaria ejecutiva de la Cepal (Comisión Económica para América Latina y el Caribe), Alicia Bárcena.

En 2021la región tendrá un mejor desempeño, un crecimiento de 3,7 por ciento del PIB, pero 3,1 de esos puntos serán arrastre o rebote estadístico, al compararse con cifras previas muy bajas, y solo 0,6 por ciento del incremento será “genuino” o correspondiente a un nuevo dinamismo de la economía.[pullquote]3[/pullquote]

Bárcena dijo que “el crecimiento en 2021 está sujeto a una alta incertidumbre relacionada con el riesgo de rebrotes de la pandemia, de la agilidad para producir y distribuir las vacunas y de la capacidad para mantener los estímulos fiscales y monetarios para apoyar la demanda agregada y a los sectores productivos”.

Por países, las mayores caídas del producto interno bruto (PIB) en América Latina este año serán las de Venezuela (-30 por ciento), Perú (-12,9), Panamá (-11) y Argentina (-10,5), y las dos economías más grandes, Brasil y México, caerán 5,3 y nueve por ciento, respectivamente.

Las islas del Caribe de habla inglesa altamente dependientes del turismo caen entre 5,5 (San Vicente y las Granadinas) y 26,6 por ciento (Santa Lucía), y en la subregión la excepción notable es Guyana, con un crecimiento de 30,9 por ciento del PIB debido a la inyección de recursos para su naciente producción petrolera.

Las mejoras para el año próximo se asocian al comportamiento de la economía global, que cae este año -4,4 por ciento pero se prevé que suba 5,2 por ciento en 2021, en especial dos grandes socios comerciales de la región, Estados Unidos y China, que crecerían 3,6 y 8,1 por ciento, respectivamente.

El comercio exterior, que cae -9,2 por ciento en 2020, se recuperará 7,2 por ciento en 2021, una cifra inferior a la recuperación de 13,9 por ciento que siguió a la crisis de 2008-2009, y se observa una recuperación de los precios de los metales preciosos y de productos agrícolas, pero no de los energéticos.

Las remesas familiares, que en 2019 alcanzaron 96 000 millones de dólares, crecen 4,8 por ciento, pero de modo heterogéneo, pues aumentan a países como Jamaica, México y República Dominicana, mientras que han decrecido en otros como Bolivia, Costa Rica, Ecuador, Paraguay y Perú.

El año cerrará con una tasa de desocupación de 10,7 por ciento, lo que significa que en vez de los 26 millones de desempleados de 2019 habrá más de 34 millones.

Pero, advirtió Bárcena, si se considerase una tasa de participación similar a la de 2019, es decir, si siguiesen buscando trabajo las personas –sobre todo mujeres- que se han replegado al trabajo de hogar y de cuidado no remunerado, el desempleo total sería de 18,5 por ciento y el femenino de 22,2 por ciento.

Otro dato de la economía bajo el impacto de la pandemia es que los gobiernos debieron incrementar el gasto público aunque con menos ingresos tributarios debido a la contracción económica, lo que aumenta el déficit fiscal y la deuda pública.

Sin embargo, Bárcena sostuvo que es necesario mantener la expansión monetaria y fiscal para poder enfrentar la pandemia con auxilios a los sectores más vulnerables, al tiempo que se requiere “avanzar en un crecimiento sostenible e inclusivo, y en una transformación productiva hacia sectores ambientalmente sostenibles”.

También se requerirá de inversiones y cooperación internacional, porque “la crisis va a durar y va a ser más larga de lo que estimamos inicialmente”, concluyó la responsable al presentar el informe en la sede de la Cepal en esta capital.

A-E/HM

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