La ONU condena ataques en Níger que causan más de 100 muertos

En la zona pastoril de Tillaberi, oeste de Níger, milicias yihadistas atacaron dos aldeas al despuntar 2021, causando la muerte de un centenar de personas y aumentando la crítica situación de refugiados y desplazados en la región. Foto: Vincent Tremeau/Unicef
En la zona pastoril de Tillaberi, oeste de Níger, milicias yihadistas atacaron dos aldeas al despuntar 2021, causando la muerte de un centenar de personas y aumentando la crítica situación de refugiados y desplazados en la región. Foto: Vincent Tremeau/Unicef

El secretario general y la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) condenaron enérgicamente este lunes 4 los ataques del 2 de enero contra aldeas en el oeste de Níger que causaron al menos 100 muertos, 25 heridos y obligaron a huir a cientos de personas.

En un comunicado, el secretario general António Guterres dijo que “condena enérgicamente los ataques perpetrados por hombres armados no identificados en dos aldeas de Níger”, y pidió a las autoridades nigerinas identificar y llevar ante la justicia a los responsables, así como aumentar la protección a los civiles.

Acnur informó que los grupos armados lanzaron ataques coordinados contra las aldeas de Tchamo-Bangou y Zaroumdareye, en la región de Tillaberi en Níger, cerca de la frontera occidental con Malí.

Grupos de individuos que llegaron sorpresivamente a las aldeas, a bordo de motocicletas y armados con rifles de asalto, perpetraron los ataques.

La representante de Acnur en Níger, Alesandra Mirelli, deploró que aumenten las “comunidades destrozadas por la brutalidad y obligadas a huir en una región donde decenas de miles de personas desplazadas por la violencia son acogidas y esperan reconstruir sus vidas”.

Los supervivientes de los ataques y la población de otros cuatro pueblos vecinos han huido, y al menos 1000 personas están en movimiento, muchos recorriendo a pie unos 120 kilómetros hasta llegar a Ouallam, ciudad y nudo carretero en el occidente.

Las regiones de Tillaberi y Tahoua de Níger, cerca de la frontera con Burkina Faso y Malí, albergan actualmente a 60 000 refugiados malienses y casi 4000 que huyeron de Burkina Faso, así como a 138 229 nigerinos desplazados internamente, un número que creció 77 por ciento en 2020.

Níger, Burkina Faso y Malí en el Sahel, la franja semiárida que separa el Sahara de la zona de bosques en África, están en el centro de una de las crisis de desplazamiento y protección de más rápido crecimiento en el mundo. La zona ya alberga a 851 000 refugiados y casi dos millones de desplazados dentro de sus propios países.

En la región de esa triple frontera, así como en la del lago Chad, más al este, actúan fuerzas de milicianos islamistas cuyas incursiones armadas se solapan con las acciones violentas de grupos de autodefensa que responden a determinadas etnias.

Las milicias llevan años operando pese a la acción de los ejércitos regulares de los Estados, también a menudo objeto de críticas por violaciones de los derechos humanos, y de fuerzas multinacionales que intentan la pacificación.

Según Acled, oenegé creada en Gran Bretaña para monitorear conflictos, el ataque del sábado en Níger es la mayor masacre cometida por yihadistas contra civiles en la región del Sahel, donde actúan la milicia Boko Haram y grupos afiliados a Al Qaeda y al Estado Islámico.

Esos grupos explotan rivalidades tradicionales entre las etnias que habitan la región y traspasan las fronteras, como los zarmas, un pueblo sedentario, los nómadas peuls y los bereberes dausahak.

Níger, de poco más de 20 millones de habitantes, uno de los países más pobres del mundo, está en proceso de escoger un nuevo presidente en una segunda vuelta electoral prevista para el 21 de febrero.

A-E/HM

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