La noche del martes 2 y la madrugada del miércoles 3, tras el nuevo golpe militar en Myanmar, se repitieron dos escenas familiares en este país del sudeste de Asia y otro lugar opuesto del mundo.
Japón y Sudáfrica enfurecieron a todo un congreso para la conservación de la naturaleza al oponerse a una propuesta de prohibir el comercio interno del marfil de elefante.
Un raro caso de colaboración entre la industria petrolera, científicos y ambientalistas, que lleva ya una década, recibió elogios por los logros obtenidos en la protección de una especie de ballena en peligro de extinción.
Nuestro pariente más cercano en el mundo animal, el gorila oriental, está en peligro de extinción debido a la caza furtiva, alertó la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), tras divulgar la Lista Roja de Especies Amenazadas.
El mayor congreso mundial dedicado a la conservación de la naturaleza comenzó con voces de alarma y remarcó que el planeta se encuentra en un “punto de inflexión”, aunque tampoco faltaron en su inauguración expresiones de esperanza ante la posibilidad de que representantes de gobiernos, sociedad civil y grandes empresarios aprendan a trabajar juntos.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, subrayó la urgencia de hacer frente al cambio climático en un discurso frente a los líderes de los estados insulares del Pacífico en su estado natal de Hawái.