Pues ya está. La jura del cargo de presidente y vicepresidenta, la revisión de las tropas, la solemne visita al Cementerio Nacional de Arlington y la llegada a la Casa Blanca para firmar las primeras órdenes ejecutivas abren la presidencia Joe Biden & Kamala Harris para 2020-2024. Esto, y la conversión de la cuenta de Twitter @POTUS en la propia de Biden, sin rastro ya de su antecesor. El acto político también es un show, propio de la superbowl de la comunicación política.
Donald Trump, el presidente número 45 de los Estados Unidos, es un fenómeno en sí mismo. No cabe duda de que su legado intelectual será enorme, ya que sus decisiones y comportamientos han afectado a las bases del sistema político y el modo mismo de interpretar las elecciones. Otros líderes políticos siguen su estela e imitan su estilo que persigue el referendo completo de su actividad en una lógica binaria: conmigo o enemigo de la patria. Menudo peligro.
Dentro de seis meses se celebrarán las elecciones presidenciales en Estados Unidos. Queda un mundo porque, si algo hemos aprendido de la presidencia de Donald J. Trump, es el carrusel político y emocional de sus decisiones y actuaciones. Quienes seguimos la actualidad estadounidense sabemos que no es un personaje fácil de tumbar.