El Día Internacional de la Mujer llega este año en un momento difícil para el mundo y para la igualdad de género, pero que al mismo tiempo es perfecto para luchar en favor de una acción transformativa y para reconocer a las mujeres y la juventud por su incansable esfuerzo de promoción de la igualdad de género y los derechos humanos.
Hemos visto la estrecha relación que existe entre la pandemia de covid-19 y el aumento de las denuncias por violencia en cualquiera de sus formas. La llamamos
la pandemia en la sombra.
También hemos visto las diferentes maneras en que las sociedades y nuestros servicios públicos responden ante la ciudadanía que presenta una enfermedad potencialmente mortal y ante quienes recurren por ayuda porque sus parejas son potencialmente riesgosas para su salud o su vida.
Exactamente 25 años después de este hito, la importancia de la apertura de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer en Beijing sigue siendo incuestionable.
El año 2020 es crucial para la igualdad de género. Y los beneficios de la igualdad de género no sólo son para las mujeres y las niñas, sino para todas las personas cuyas vidas cambiarán con un mundo más justo donde no se deje a nadie atrás. Es el año de lo que llamamos la "Generación Igualdad".
Si me concedieran un deseo, bien podría ser erradicar totalmente las violaciones. Sería como ver desaparecer una importante arma de guerra de todos los conflictos, sería lograr que las niñas y las mujeres no tengan que calcular el riesgo diario en espacios públicos y privados, sería eliminar una afirmación violenta del poder, sería en definitiva un cambio para la sociedad.
En este momento en el que la innovación es omnipresente, en el que da forma y cambia la manera en la que las personas viven en todos los lugares del mundo, debemos tener un propósito definido respecto a su uso para influir positivamente en las vidas de las mujeres y las niñas.
La reacción inicial ante la avalancha de mensajes con la etiqueta #metoo (#yotambién) en todo el mundo ha sido la rabia al constatar la dimensión de los abusos sexuales y la violencia que revelaba. Los millones de personas que se unieron a este “hashtag” nos demostraron lo poco que habían sido escuchadas antes.
El dolor y el coraje de más de un millón de personas que publicaron en Twitter #MeToo y #YoTambién los últimos días han llenado las redes sociales de historias personales sobre acoso y agresiones sexuales.
En todo el mundo, demasiadas mujeres y niñas dedican un número excesivo de horas a las responsabilidades del hogar; habitualmente, destinan a estas tareas más del doble de tiempo que los hombres y los niños. Ellas cuidan a sus hermanas y hermanos más jóvenes, a sus familiares ancianos, a las enfermas y los enfermos de la familia, y realizan las labores del hogar.
ONU Mujeres está profundamente preocupada por la brutal violencia sexual y el asesinato de mujeres y niñas que ha sido recientemente señalada por las mujeres en Argentina y que repercute en toda América Latina y más allá. Esta es una forma de terror íntimo que ha sido normalizada en su magnitud y a través de la aceptación de su inevitabilidad en algunas partes. Pero no es normal y no puede continuar.
La intoxicación, el secuestro y la violenta violación en grupo de una niña de 16 años en Río de Janeiro, en Brasil, es un llamado a cambiar el rumbo de la violencia en contra de las mujeres y niñas en Brasil y en todos los países del mundo.
Recientemente hemos celebrado los progresos realizados en el proceso de paz en Colombia. El acuerdo alcanzado en temas de justicia representa la señal más clara hasta la fecha de un posible fin a cinco decenios de conflicto. Se habla menos, en cambio, de las muchas formas constructivas en que las mujeres colombianas han participado en, e influenciado, estas negociaciones o se han movilizado a favor de la paz, incluidas las muchas reuniones realizadas por mujeres sobrevivientes con las mujeres de ambos equipos negociadores.
A nuestro mundo le falta equilibrio. Desde la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), nunca hubo al mismo tiempo tanta riqueza ni tanta desigualdad.
Si leemos los titulares o vemos el último clip aterrador en Youtube este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, no parece buen momento para celebrar la igualdad de las mujeres.
Convocadas por el gobierno de Chile y ONU Mujeres, mujeres líderes de todo el mundo se reúnen este último fin de semana de febrero en Santiago de Chile. Celebraremos sus logros. Recordaremos sus contribuciones y trazaremos el camino a seguir que nos permita corregir la trayectoria histórica. La historia no ha sido justa con las mujeres, pero hasta ahora, en general no eran ellas quienes la escribían.