Expertos en derechos humanos de las Naciones Unidas instaron este viernes 18 a Venezuela a poner fin a la represión contra las organizaciones de la sociedad civil, varias de cuyas sedes han sido allanadas y sus responsables detenidos durante las últimas semanas.
Aprincipios de marzo de 2020, justo antes de que el novedoso coronavirus explotara en los titulares de todo el mundo, el relator especial de las Naciones Unidas sobre la situación de los defensores de los derechos humanos, Michael Forst,
presentó un informe ante el Consejo de Derechos Humanos sobre una pandemia mortal en Colombia: los defensores de los derechos humanos, especialmente los que defienden su territorio y el medio ambiente, estaban muriendo a niveles alarmantemente altos debido a los índices incontrolados de violencia, amenazas y una impunidad sin freno.
Era el 2 de diciembre de 2018, en la ciudad de Hermosillo, capital del estado de Sonora, al norte de México. Jesús Ramón Martínez Delgado se disponía a cerrar el negocio que le llevaba a su madre, Cecilia Delgado Grijalva, cuando llegó al lugar la patrulla 073, de la Policía Estatal de Seguridad Pública (PESP). De ella descendieron un par de oficiales. Subieron a Jesús, y a otro joven que se encontraba en el lugar, a un vehículo blanco que venía con ellos. Desde ese día Cecilia no supo más de su hijo.
A mediados de marzo, cuando Colombia anunció una cuarentena obligatoria para controlar la propagación del coronavirus, Luz Mary ya sabía qué tenía que hacer. Ya había tenido que confinarse. Esta madre de dos, quien cuenta con el don de la palabra, selló su casa y comenzó a vivir de habitación en habitación.
Si la esperanza pudiera reírse, sonaría como la risa de Nemonte Nenquimo. Ya sea a través de la pantalla de un computador o el parlante de un teléfono celular, el fuerte sonido de su carcajada parece una invitación de amistad imposible de ignorar, así como su lucha por la Amazonia.
Nenquimo, una mujer indígena waorani de 35 años, ha encabezado la protesta de su gente para que el Estado ecuatoriano respete los territorios y los derechos de las nacionalidades indígenas amazónicas.
El lunes 9 de noviembre, luego de que el legislativo Congreso de Perú aprobara velozmente la vacancia del presidente Martín Vizcarra por indicios de corrupción y designara como
presidente interino a Manuel Merino, miles de ciudadanos en Lima y varias ciudades del país salieron espontáneamente a las calles a protestar.
Líderes de movimientos juveniles y sindicatos estudiantiles demandaron a las naciones más ricas del mundo que corrijan la respuesta global contra la covid-19, a la que calificaron como increíblemente desigual, sobre todo en el caso de los niños y adolescentes más vulnerables del mundo.
Varias organizaciones no gubernamentales (ONG) panameñas, apelando a las redes sociales, toman parcialmente el relevo del gobierno en la prevención y lucha contra el VIH/sida en plena pandemia de covid-19, destaca un reporte del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Más personas y por más tiempo interactúan en los espacios digitales de América Latina por la pandemia de covid-19, pese a la brecha en el área, lo que disparó la exposición a la violencia en línea para el caso de las mujeres, según activistas y especialistas.
En América Latina ha crecido el peculiar negocio de instalar granjas porcinas para suministrar al mercado asiático. Para China, con sus mil 400 millones de habitantes, es un asunto de seguridad alimentaria; para la región latinoamericana, una carga para varias poblaciones y, también, para el ambiente.
Balas, bombas y muerte. Niños llorando por comida, civiles que luchan por sobrevivir, mujeres que no pueden salir de sus hogares libremente. Cuando no se está bajo el asedio de bombas y minas terrestres, los afganos comunes sufren de hambre, peligros naturales y pobreza.
“En Chile las instituciones funcionan”. El presidente socialdemócrata Ricardo Lagos recurría permanentemente a esta frase durante su mandato (2000-2006), en una invocación que tenía lecturas duales, ya que si bien podía ser un elogio a la moderada transición dirigida por los partidos de la Concertación por la Democracia, era también un implícito reconocimiento a la fortaleza de la institucionalidad heredada de la dictadura cívico-militar que encabezó Augusto Pinochet entre 1973 y 1990.
Hay días en los que puedo amanecer cargado de optimismo. Son jornadas en las que, con sol o con lluvia, logro pensar en cosas tales como que la humanidad está viviendo el mejor momento de su desarrollo histórico y evolutivo, este tiempo nuestro en el que los seres pensantes hemos conseguido obtener, gracias a largos aprendizajes, las fórmulas para que la vida sea más satisfactoria: mejor salud, mejor alimentación, mejores comunicaciones.
Nadie murió de hambre en la peor sequía en la ecorregión del Semiárido de Brasil, vivida entre 2011 y 2018, contrastando con el pasado en que la escasez de lluvias provocaba muertes, saqueos de comercios, huidas masivas hacia el Sur y cruentos conflictos.
La activista humanitaria colombiana Mayerlín Vergara ha ganado este año el premio Nansen que otorga la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur), por su labor al frente de la Fundación Renacer en la nororiental región de la Guajira, a donde han llegado numerosos migrantes desde la vecina Venezuela.
Los habitantes de Potrerillos, un caserío localizado en el noreste de El Salvador, trabajaron duro para lograr algo que muchos dudaban podían realizar: aprovechar las aguas del río Carolina para instalar una minicentral hidroeléctrica comunitaria, que les abastece de energía barata y en forma sostenible.
Un grupo de organizaciones sociales trabajan parara el reconocimiento legal de la lengua de señas cubana (LSC), a fin de garantizar una mayor inclusión social de las personas con sordera, así como amparar sus derechos humanos y los de la comunidad de oyentes en general.