Parece un juego de palabras que se contradice en sus términos, pero los países del Norte industrial son actualmente los grandes sostenes de la cooperación Sur-Sur, según se demostró en la Segunda Conferencia de Alto Nivel de las Naciones Unidas sobre este tema, realizada en la capital argentina.
Más de 1.500 representantes de sectores financieros privados, expertos y líderes políticos decidieron el 20 y 21 de este mes en Egipto movilizar inversiones para lanzar el mayor bloque de intercambio comercial de África, de 26 países que suman 620 millones consumidores y un producto interno bruto (PIB) de 1.200 billones de dólares.
El poder de China en la cooperación Sur-Sur (CSS) radica en la realización de proyectos de infraestructura de magnitud en diversos países en desarrollo.
La fuerte caída de los precios mundiales del petróleo afectó gravemente las economías del Golfo. Se prevé que Arabia Saudita, Bahréin, Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Qatar sufrirán enormes déficits presupuestarios debido a la reducción de sus ingresos por ese concepto.
El nuevo gobierno argentino y Emiratos Árabes Unidos (EAU) profundizan la relación iniciada por la gestión anterior, cuando este país sudamericano busca captar divisas para fortalecer tanto reservas como inversiones, en lo que denomina “una nueva etapa de apertura al mundo”.
El banco Goldman Sachs cerró su fondo destinado a la inversión en los cinco países que integran el BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) porque le daba constantes pérdidas. ¿Eso implica que cayó el telón para el acrónimo que llegó a concentrar el interés de los banqueros por los “mercados emergentes”?
En general, la cooperación Sur-Sur es considerada la prima pobre de la ayuda Norte-Sur en el mundo de la asistencia para el desarrollo.
La desaceleración del crecimiento económico a partir de 2008, y especialmente tras el derrumbe de los precios de los productos básicos a finales de 2014, amenaza con revertir los logros del excepcional lustro previo a la crisis financiera mundial, cuando el crecimiento del Sur en desarrollo superó al del Norte industrializado.
Cuba y Emiratos Árabes Unidos (EAU) avanzaron en el estrechamiento de sus relaciones diplomáticas y de colaboración bilateral, durante una visita oficial a esta nación caribeña del ministro emiratí de Relaciones Exteriores, jeque Abdulah bin Zayed al Nahyan.
La inauguración del banco del BRICS en la ciudad china de Shanghái el 21 de este mes, tras la séptima cumbre que las cinco mayores economías emergentes del mundo celebraron en Rusia, confirma el rápido surgimiento de una arquitectura financiera alternativa.
La Sexta Cumbre del BRICS concitó más atención que las demás reuniones de su tipo en la corta historia de la alianza, y no solo de sus propios miembros: Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.
El ministro de Relaciones Exteriores de Emiratos Árabes Unidos (EAU), jeque Abdulah bin Zayed al Nahyan, culminó en Perú una gira latinoamericana, con un encuentro este miércoles 30 con el presidente Ollanta Humala y la decisión de los dos gobiernos de intensificar y diversificar su comercio e inversiones.
Una porción de la excelencia tecnológica que Brasil empleó para revolucionar su agricultura tropical está llegando a pequeños productores de Mozambique. Pero no alcanza para calmar el hambre de financiamiento que tiene el sector.
“Ver para creer”, dijo cauteloso Eliorquis sobre la mejoría que traerá para la gente del lugar la Zona Especial de Desarrollo (ZED), cuya primera fase se inauguró este lunes 27 en Mariel, una localidad de Cuba famosa por las oleadas de emigrantes que hace décadas salieron de aquí hacia Estados Unidos.
En contraste con los programas estatales de atención social ejecutados por gobiernos progresistas en América Latina y el Caribe, surge una propuesta que apela a la inversión privada y que ya desde su enunciación recibe variados cuestionamientos.
Unas 40 tiendas multicolores levantadas como pequeños laboratorios de desarrollo rural en la plaza principal de este distrito del sureño departamento peruano de Arequipa mostraron al presidente del FIDA, Kanayo Nwanze, los frutos de colaboración de 20 años entre la agencia y este país.
Japón, la tercera economía mundial, procura fortalecer sus relaciones económicas y comerciales con África, para entre otras cosas hacer contrapeso a la fuerte presencia de China en ese continente rico en recursos naturales.