El periodismo de datos nunca ha sido más valioso ni más accesible. Con la creciente disponibilidad de datos, herramientas de análisis en constante expansión y abundante capacitación por parte de organizaciones de periodismo y otros, el periodismo de datos, que alguna vez fue el nicho de los reporteros con "mentalidad informática", se ha convertido en un recurso central en todas las salas de redacción.
No iba a parar por el autobús escolar atascado en el barro en las afueras de Fort McMurray, en Alberta, en el corazón de la industria de las arenas bituminosas de Canadá, pero mis hijos insistieron. Había estado lloviendo la mayor parte de la semana y el césped estaba empapado y resbaladizo.
Nos detuvimos, nos bajamos y miramos el autobús de 12 toneladas que giraba inútilmente y se hundía más en el barro. Alguien hizo que el conductor se detuviera, básicamente diciendo que estaba empeorando un problema grave.
Joe Biden llega a la presidencia de Estados Unidos en un momento en que su país está más dividido que nunca tras la azarosa gestión de Donald Trump. Sin ser muy carismático, ni una estrella de la retórica como Bill Clinton o Barack Obama, Biden ha afirmado que le gustaría dejar como legado la unidad de los estadounidenses.
¿Juicio político o no? Donald Trump está ya fuera de la Casa Blanca. Tiene un índice de aprobación de 34 %, muy por debajo de 60 % de su predecesor Barack Obama. Una mayoría, 54 %, dijo que Trump debería ser destituido de su cargo antes del 20 de enero, según una encuesta de CNN, por su papel en los incidentes del 6 de enero, cuando incitó a sus partidarios a asaltar el Capitolio de Estados Unidos.
Pues ya está. La jura del cargo de presidente y vicepresidenta, la revisión de las tropas, la solemne visita al Cementerio Nacional de Arlington y la llegada a la Casa Blanca para firmar las primeras órdenes ejecutivas abren la presidencia Joe Biden & Kamala Harris para 2020-2024. Esto, y la conversión de la cuenta de Twitter @POTUS en la propia de Biden, sin rastro ya de su antecesor. El acto político también es un show, propio de la
superbowl de la comunicación política.
Lo que para Donald Trump era un insulto, para Joe Biden es un reconomiento: el nuevo presidente de Estados Unidos es el
estáblisment en estado puro. No se recuerda otro caso similar de haber llegado a la presidencia con mejor preparación. Se ha pasado casi medio siglo “dentro del beltway”. Se trata del sector ocupado por el Distrito de Columbia, que reclama ser reconocido como estado, rodeado por una enorme autopista. Biden sería perfectamente aceptado como guardia de tráfico, sin pasar por el examen.
A lo largo de los últimos cuatro años, el presidente saliente de Estados Unidos, Donald Trump, ha tenido en Twitter su herramienta principal de comunicación política. A través de esta plataforma tecnológica, difundió mensajes que no eran del todo ciertos, insultó y descalificó a personas, despidió a sus colaboradores o se burló de ellos. Twitter fue un escenario para su suerte de
reality show presidencial.
Twitter y Facebook bloquearon publicaciones de Donald Trump y suspendieron su cuenta. El aún presidente de Estados Unidos es antidemocrático, su trayectoria política no deja dudas. Sin embargo, la preservación de la democracia deben hacerla las instituciones públicas, no las corporaciones. En ese sentido, por más simpática y justa que parezca la censura a Trump en medio de una instigación al golpe de Estado, es un antecedente peligroso.
El caos en el Capitolio de Estados Unidos el miércoles 6 de enero no fue típico. Tampoco su cobertura.
Las imágenes transmitidas en vivo por los canales de noticias y las compartidas en redes sociales fueron impactantes. Una
fotografía mostraba a un hombre con los pies sobre el escritorio de la oficina de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi. Un
video mostraba a una multitud persiguiendo a un oficial de policía mientras este corría escaleras arriba.
El desconcierto general producido por la toma del Capitolio en Washington el día 6 nos ofrece numerosos elementos de análisis. Desde un punto de vista estrictamente político, Donald Trump representa un modelo de liderazgo nacional populista que se nutre de las frustraciones de amplios segmentos de la población.
La sociedad estadounidense está dividida en dos. En la elección presidencial de 2020,
81 millones de personas votaron por Joe Biden, mientras que otros 74 millones votaron por Donald Trump. Muchas personas fueron a las urnas a
votar en contra del adversario en vez de apoyar con entusiasmo a su propio candidato.
El asalto al Capitolio de Washington por una turba rebelde recordó a muchos una insurrección en una “república bananera '', como la descrita de manera hilarante en la comedia de Woody Allen de 1971, Bananas, que simula una revuelta en un país latinoamericano ficticio.
Seguidores de Donald Trump, azuzados por el propio presidente, asaltaron este 6 de enero el edificio del Capitolio e
interrumpieron el trámite legislativo de certificación de la victoria electoral de Joe Biden.
Miles de personas que enarbolaban pancartas pro Trump se abrieron paso a través de las barricadas y rompieron ventanas para entrar en el edificio donde se reunían los congresistas. Cuatro personas han muerto, y varios policías han tenido que ser hospitalizados. La sesión del Congreso se reanudó y cumplió con su misión, pero a puerta cerrada.
En el período previo a las elecciones presidenciales estadounidenses, el riesgo de violencia postelectoral era
alto. Las predicciones se hicieron realidad este miércoles cuando miles de manifestantes pro Donald Trump irrumpieron en el Capitolio de Estados Unidos, en un acto sin precedentes, cuando el Congreso estaba a punto de ratificar la victoria del presidente electo Joe Biden.
Cuando ya se ha rebasado el final del “año en que vivíamos peligrosamente”, conviene hacer balance y preguntarnos acerca de las perspectivas de la “nueva era”, una vez se ha confirmado constitucionalmente la derrota de Donald Trump.
Domina el nuevo ambiente una incomodidad que está presidida por una pesada losa de incertidumbre. Este sentimiento está causado por la enormidad del daño causado por la presidencia de Trump. La única duda que rellena el ambiente es acerca de la permanencia del desastre causado por el cuatrienio que ahora termina.
El Congreso de Estados Unidos ha publicado un extenso informe sobre la política de drogas en el continente americano, en el cual establece una larga lista de recomendaciones para detener el narcotráfico y abordar los problemas de salud pública creados por el consumo de drogas. El informe adelanta cómo podría ser la lucha contra el crimen organizado durante la administración del presidente electo Joe Biden.
Aprincipios de marzo de 2020, justo antes de que el novedoso coronavirus explotara en los titulares de todo el mundo, el relator especial de las Naciones Unidas sobre la situación de los defensores de los derechos humanos, Michael Forst,
presentó un informe ante el Consejo de Derechos Humanos sobre una pandemia mortal en Colombia: los defensores de los derechos humanos, especialmente los que defienden su territorio y el medio ambiente, estaban muriendo a niveles alarmantemente altos debido a los índices incontrolados de violencia, amenazas y una impunidad sin freno.