El cuidado de las personas que envejecen es una oportunidad para el crecimiento del empleo y de la economía en América Latina y el Caribe, señaló este miércoles 4 un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Granjas de paneles solares, instaladas con financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), comenzaron a funcionar y a transformar la vida en pequeños poblados y comunidades rurales del boscoso interior de Suriname.
La transición a una economía de cero emisiones de carbono podría crear en América Latina y el Caribe 15 millones de nuevos empleos netos para 2030, según un estudio presentado este miércoles 29 por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
El panorama económico y de salud de América Latina y del Caribe quedó cubierto de nubarrones para el resto de 2020, y su recuperación será lenta en 2021, según informes coincidentes de organismos multilaterales con datos críticos sobre la recesión y la pandemia covid-19.
Una joven empresa de Jamaica comenzó a convertir el sargazo, las grandes algas que obstruyen pesca, turismo y arrecifes en las costas del Caribe, en alimentos concentrados para animales y en combustible para cocinar.
Las cooperativas de pequeños campesinos mayas que producen cardamomo orgánico contribuyen a sostener la cobertura forestal de Guatemala, a la vez que participan de la bonanza de precios y demanda de su producto en India y el Medio Oriente.
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) propuso a los gobiernos de América Latina y el Caribe que apliquen medidas graduales y estrechamente vigiladas al desmontar el confinamiento impuesto por la covid-19, de modo que puedan cuidarse vidas mientras se reanima la economía.
Las remesas que sostienen a millones de hogares en América Latina y el Caribe se derrumban porque sus familiares pierden empleos e ingresos en los países de acogida, y el conjunto familiar retrocede hacia la pobreza, al superponerse la crisis de salud por la covid-19 y la recesión económica mundial.
Los 20 países y territorios de la Comunidad del Caribe (Caricom) ven sus economías abatidas por la covid-19 y necesitan intensificar sus alianzas para poder recuperarse, señaló un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) divulgado este jueves 30.
Una caída del producto interno bruto (PIB), entre -1,8 y -5,5 por ciento, aguarda a los países de América Latina y el Caribe en 2020 como consecuencia de la pandemia covid-19, de acuerdo con las proyecciones de la banca multilateral.
Cuando Aníbal Ántola compró su casa en el barrio de Jacinto Vera de Montevideo, supo que correría el riesgo de sufrir inundaciones. Al cerrar la compra en 1995, firmó un documento que señalaba algunos incidentes del pasado. Sin embargo, durante más de 15 años, tuvo suerte y no experimentó ningún problema.
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) está sumergido en un proceso para modernizar las salvaguardias sociales y ambientales que rigen el financiamiento de proyectos, consideradas vitales para la construcción de una infraestructura sostenible en la región latinoamericana.
La secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), Alicia Bárcena, reafirmó la importancia de fortalecer los ingresos públicos para tener mayor capacidad de movilizar recursos internos que permitan financiar el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 y los requerimientos de desarrollo de la región.
El transporte produce 25 por ciento de las emisiones en América Latina y el Caribe. Mientras el aire de la mayoría de las capitales de la región ha llegado a ser casi irrespirable, el ciclismo ha capturado la imaginación de miles de latinoamericanos.
Imagina que no tienes registro de identidad. Tu familia y tus conocidos saben tu nombre, tu edad, de donde eres. Pero cuando naciste no se generó una acta de nacimiento, y sin ella no puedes ejercer ninguno de tus derechos civiles porque en el papel no eres un ciudadano. Sin documentación, eres legalmente invisible.
La presencia de fuentes alternativas de energía, como son la eólica, la solar y otras renovables, es cada vez mayor en la matriz energética del Caribe, y Barbados apuesta a reducir todavía más sus necesidades de combustibles fósiles, responsables de las emisiones contaminantes de dióxido de carbono.
“Los alcaldes tenemos que gestionar las ciudades intermedias como si fueran ciudades capitales”, plantea Héctor Mantilla, edil de Floridablanca, la tercera ciudad más importante del departamento de Santander, en el norte de Colombia.