Duramente castigada por la covid-19, América Latina busca participar en la carrera hacia una vacuna contra el coronavirus ya sea asociándose a proyectos avanzados de países de mayor desarrollo o con iniciativas propias, como es el caso de Cuba.
Cuando Cuba diagnosticó el 11 de marzo sus tres primeros casos de contagio con el SARS-CoV-2, ya tenía en tensión su sistema sanitario y disponía de una industria biofarmacéutica que se ha fortalecido durante el enfrentamiento de la epidemia.
El sistema sanitario y el desarrollo científico de Cuba en ese campo tienen ante sí el desafío y la oportunidad de demostrar su capacidad de respuesta a una pandemia como la del coronavirus que impacta inclusive al mundo altamente desarrollado.
Cuba apuesta por atraer inversión extranjera a su industria farmacéutica y biotecnológica para fortalecer y expandir un sector que cuenta con calificados recursos humanos, una infraestructura ya instalada y producciones de interés para Estados Unidos y otros países de alta industrialización.