Superar la brecha digital mediante el uso de prácticas de la inteligencia artificial aplicadas a la agricultura con el objeto de hacer frente a la inseguridad alimentaria es parte de un creciente debate que busca simultáneamente salvaguardar los recursos naturales y abordar las dificultades generadas por el cambio climático y las repercusiones causadas por la pandemia de covid-19.
Líderes de movimientos juveniles y sindicatos estudiantiles demandaron a las naciones más ricas del mundo que corrijan la respuesta global contra la covid-19, a la que calificaron como increíblemente desigual, sobre todo en el caso de los niños y adolescentes más vulnerables del mundo.
Más personas y por más tiempo interactúan en los espacios digitales de América Latina por la pandemia de covid-19, pese a la brecha en el área, lo que disparó la exposición a la violencia en línea para el caso de las mujeres, según activistas y especialistas.
En la Argentina, los grupos sociales en situación de pobreza, los que viven en zonas rurales y las personas mayores no pueden acceder a Internet y a las tecnologías digitales. Puede ser por el costo del servicio, la ausencia de empresas proveedoras o por carecer de los dispositivos y de las competencias para apropiarse de los mismos.
Humaira, de 15 años, sentada en el piso de barro de su precaria vivienda en el campamento de Ukhiya, en Cox's Bazar, en el este de Bangladesh, escucha cómo la lluvia cae sobre el techo de lona.
UDesde el comienzo de la actual pandemia, 70 por ciento de los jóvenes que estudian o compaginan estudio con trabajo, en todo el mundo, se han visto afectados por el cierre de escuelas, universidades y centros de formación, señaló un estudio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
En pleno auge del movimiento
Black lives matter (las vidas de los negros importan) está surgiendo un período de reflexión global sobre la discriminación racial. Nos preguntamos: ¿cómo influye la Inteligencia Artificial (IA) en este tema?
La pandemia de covid-19 está devastando los mercados laborales de todo el mundo. Decenas de miles de trabajadores han perdido sus empleos, millones de personas se han quedado fuera de la fuerza laboral y muchas ocupaciones enfrentan un futuro incierto.
La pandemia de covid-19 ha traído un nuevo desafío para la educación inclusiva. Hasta 40 por ciento de los países de ingresos bajos y medios no han estado en condiciones de sostener la educación del alumnado en forma digital durante el cierre temporal de las escuelas, para contener la propagación del coronavirus.
Las crisis aceleran las transformaciones sociales. La respuesta económica, política y social a la crisis del coronavirus ya nos está empezando a dejar ver algunas transformaciones en el funcionamiento de la sociedad que posiblemente, al menos en parte, se mantengan en el futuro. Y nos ha hecho ver posibilidades de mejora que no deberíamos dejar pasar.
La primera red comunitaria inalámbrica que surgió en Cuba, con 40.000 computadoras conectadas fuera de línea, creció con altas y bajas en la última década en su capital, donde sus integrantes protagonizan ahora un diálogo con las autoridades para seguir existiendo.
América Latina dejó de priorizar la reducción de la brecha digital, en una región donde apenas 44 por ciento de los hogares tienen Internet, lo que provoca una desigualdad más preocupante aún, la democrática, según organizaciones sociales congregadas en un foro internacional en la capital sueca.
Para 2020, unos 3.800 millones de hombres y mujeres en todo el Sur en desarrollo estarán conectados a Internet a través de sus teléfonos móviles, pero 40 por ciento de la población mundial todavía no tendrá acceso a la red de redes.