En lugares tan diversos como Alemania, Malasia o Kenia, sastres que huyeron de sus países asolados por conflictos armados encontraron una opción de trabajo en la confección de mascarillas para la protección sanitaria anticoronavirus.
Las prácticas comerciales con las que grandes marcas de ropa responden a la crisis generada por la covid-19 están dejando sin trabajo a millones de personas en Asia, advirtió en un informe la organización Human Rights Watch (HRW).
Con una mirada hacia el mercado y para valorizar los productos artesanales hechos en algodón, las socias de la Cooperativa Multiactiva de Yataity, en el centro de Paraguay, recibieron asistencia técnica con el fin de fortalecer sus capacidades para revitalizar su trabajo y conquistar nuevos mercados para el algodón sostenible.
“Hubo casos de gente que dejó de venir a trabajar luego de recibir su primer sueldo y volvió algunos días después a preguntar si no había más trabajo”, siguiendo la lógica de quien labora por cuenta propia que predomina en Paraguay, recordó Ivonne Ginard.
En Argentina, son ya 20 las marcas que garantizan que sus productos se fabricaron en condiciones laborales dignas, gracias a la red Ropa Limpia, que pretende quitar a la moda las manchas del trabajo esclavo, en un sector que emplea ilegalmente a unas 30.000 personas en el país.