Se cree que en Mongolia el calentamiento climático se ha producido a uno de los ritmos más rápidos del mundo, elevando las temperaturas medias del país en 2,24 grados centígrados entre 1940 y 2015, siendo la última década la más cálida de los últimos 76 años en este país de Asia central.
Mongolia, que compra a Rusia 90 por ciento del combustible y es particularmente vulnerable a las subas de precios, busca explotar sus depósitos de petróleo de esquisto, que se estiman en por lo menos 800.000 millones de toneladas.