El mes de octubre de 2020 será recordado como uno de los momentos más importantes en la creación de conciencia sobre la seguridad alimentaria mundial, ya sea en el debate global como en la búsqueda de posibles soluciones concretas.
La mayor parte de las culturas han creado tabúes y normas que prevenían el desperdicio de alimentos. Al mismo tiempo, los protocolos sociales reservaban a las ocasiones de celebración o de hospitalidad un código que asociaba la abundancia de comida, en cantidades muy superiores a lo normal, a conceptos como la generosidad y la honorabilidad.
Este 29 de septiembre es el
Día Internacional sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos, establecido por la FAO, cuyo objetivo es que la población tome conciencia de este grave problema. En
la Unión Europea también han realizado acciones de concienciación y creado estrategias y páginas web, pero el consumidor apenas las conoce.
Dietas más sostenibles y reducir el desperdicio de alimentos pueden ayudar a mermar las emisiones de gases de efecto invernadero y mejorar hasta en 25 por ciento los planes nacionales de acción climática, planteó un informe divulgado este martes 1 por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma).
En el mundo 14 por ciento de los alimentos se pierden antes de llegar a los expendios y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) estrenó una nueva plataforma para ayudar a reducir ese daño y el desperdicio por parte de los consumidores.
La agricultura no convencional, de microhuertos y huertos verticales, se revaloriza como recurso para acceder a los alimentos, con menores costos y mayor frescura, ante las restricciones a la movilidad impuestas en gran parte del mundo para tratar de contener la covid-19.
Los montones de verduras podridas en los mercados de alimentos ubicados en el distrito central de negocios, emplazado en la segunda ciudad de Zimbabwe, parecieran reflejar una situación de abundancia. Pero la realidad es que este país del sur de África sufre de una creciente escasez de alimentos.
Actualmente las cadenas de producción alimentaria elaboran suficiente comida para nutrir a todos los habitantes del planeta, pero el hambre continúa aumentando en algunas partes del mundo y más de 820 millones de personas sufren desnutrición crónica.
El sistema alimentario mundial debe transformarse urgentemente para abastecer en 2050 a una población mundial de 10.000 millones de personas sin destruir el medio ambiente, advierte un nuevo estudio.
La contaminación del agua por prácticas agrícolas insostenibles plantea una grave amenaza para la salud humana y los ecosistemas del planeta, un problema que a menudo subestiman tanto los responsables de las políticas como los agricultores, alerta un nuevo informe.
Brasil está entre los mayores productores y exportadores agrícolas del mundo, pero su alimentación sufre graves deficiencias por inseguridad, insostenibilidad y mala nutrición, según distintas evaluaciones.
Nuevos datos confirman que Medio Oriente y el norte de África podrían volverse inhabitables en unas décadas, ya que la disponibilidad de agua dulce descendió casi dos tercios en los últimos 40 años, algo que muchos científicos ya temían.
Desde que Tsering Dorji, un agricultor del pueblo de Satsam, en Bután, se dedicó al cultivo de vegetales orgánicos hace cuatro años, la fertilidad de la tierra y el rendimiento de su granja mejoraron considerablemente, gracias al abono y a los pesticidas orgánicos.
Tras haber alcanzado un notable éxito en la reducción del hambre, Europa debe ahora afrontar el reto de que los alimentos aseguren algo más que la supervivencia, y permitan una vida saludable. Como responsable de una organización mundial de lucha contra el hambre, nada me produce más satisfacción que ver cómo una amplia región del mundo garantiza la seguridad alimentaria de su población.
Una sorpresa esperaba a los gobernantes de todo el mundo que asistieron a un almuerzo celebrado en su honor en la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) durante la sesiones de la Asamblea General de septiembre.
Más de 150 gobernantes del mundo se reunirán en Nueva York este fin de semana para adoptar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), un conjunto de metas destinadas a erradicar la pobreza extrema, luchar contra la desigualdad y la injusticia y frenar el cambio climático.
Una iniciativa nacida en esta ciudad del norte de Gran Bretaña tiene el ambicioso objetivo de acabar con el desperdicio de alimentos, de una vez por todas.