Cuando surgió la amenaza de una pandemia de covid-19 a principios de año,
muchos temieron sus efectos en África. La preocupación por la combinación de sistemas de salud sobrecargados e insuficientemente financiados, y la carga ya existente de enfermedades infecciosas y no infecciosas, consiguieron que con frecuencia
se hablara de ello en términos apocalípticos.
Más de 117 millones de niños en 37 países pueden quedar sin vacuna contra el sarampión debido, en parte, a las medidas de contención dispuestas para luchar contra la covid-19, indicó este martes 12 un informe de la organización humanitaria Médicos Sin Fronteras (MSF).
Es triste leer el “Manifiesto para una acción conjunta contra la pandemia”, enviada al Grupo de los 20 (G20), por exgobernantes de 70 países y por diversas personalidades del universo de la economía y de las relaciones internacionales.
La cooperación médica de Cuba hoy supone varios desafíos: demostrar el prestigio de su modelo sanitario, reafirmarse como fuente de ingresos económicos y reactivar una forma de solidaridad que algunos gobiernos contrarios al de La Habana han llegado a denostar como trata de personas.
A medida que los sistemas de salud de Asia del Este, Europa y América están desbordados intentando contener la crisis del coronavirus, se espera que la covid-19 va a golpear mucho más fuerte a los países en desarrollo.
La malaria es una de las enfermedades más antiguas de la humanidad: afecta a cerca de 40 % de la población en países en vías de desarrollo y mata cada año a cerca de medio millón de personas, la mayoría niños.
El agua contaminada plantea riesgos significativos de diarrea, infecciones y malnutrición, que ocasionan 1,7 millones de muertes al año a nivel mundial, la mitad de ellas en niños.
Tres décadas de epidemias de dengue no sirvieron para despertar en Brasil la urgencia de mejorar y ampliar su saneamiento básico, al contrario de lo que parece ocurrir ahora con la proliferación del virus zika y de recién nacidos con microcefalia.
Con una operación de guerra y el despliegue de 220.000 militares, Brasil responde a la conmoción nacional por el nacimiento de miles de niños con el cráneo reducido, pero el mosquito Aedes aegypti impone batallas en muchos frentes, incluyendo el científico y farmacéutico.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), que vence o por lo menos aplaca las pestes más severas, como ha sucedido con la epidemia del Ébola, arrastra desde hace cinco años una definición de sus relaciones con el sector privado y la sociedad civil.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU), que trabaja en situación de emergencia para combatir el brote de ébola en el occidente de África, está preocupada por el aislamiento que padecen las naciones más azotadas por la enfermedad, y que puede ser aún mayor.
El mortal brote de ébola en Sierra Leona ya cuenta entre sus víctimas con el avance de este país de África occidental hacia el cumplimiento de sus objetivos de desarrollo.
La mortal epidemia de ébola, que viene haciendo estragos en África occidental, tiene abrumado al gobierno de Sierra Leona y a su sistema de salud, según reconoció a IPS su ministro de Salud y Saneamiento, Abubakar Fofana.