Tras siglos de acumulación de pobreza, marginación en las políticas nacionales de desarrollo y también de buenas experiencias locales, las regiones semiáridas de América Latina se aprestan a dibujar sus propios caminos agrícolas compartiendo conocimientos, en una nueva e inédita iniciativa.
Las desigualdades están aumentando. Desde 1980, el uno por cierto de la población más rica recibió el doble de ingresos que el 50 por ciento de más pobre. Tras varios años de descenso, el hambre también está creciendo.
Expertos de América Latina advirtieron sobre el grave riesgo que significaría abandonar el combate al hambre que aún padecen 33 millones de habitantes de la región y propusieron nuevas alternativas y miradas que incluyen vincular la protección social con el crecimiento económico.
Un nuevo informe del Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola (Fida) señala que en la última década se duplicaron las remesas que envían los trabajadores migrantes - que suelen estar ubicados en países industrializados - a sus familias en países de bajos ingresos.
El Programa del Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola (FIDA) en el Mercosur apoyará en 2014 la agricultura familiar de República Dominicana.
Hay todavía 842 millones de personas que sufren hambre crónica, según el informe “El estado de la inseguridad alimentaria en el mundo 2013”, publicado este martes 1 por tres agencias de la ONU con sede en Roma.
Cuando Kaswati, de 45 años, se unió en 1999 a un proyecto de capacitación para generar ingresos en la provincia indonesia de Java Occidental, no pretendía más que completar el presupuesto familiar en una época de cosechas irregulares.
El Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural (Rimisp) busca proponer y validar un método de evaluación de procesos, resultados, alcances e impactos de los proyectos agropecuarios para grupos vulnerables de la región financiados por el FIDA.
Las iniciativas del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) para trabajar con la población campesina de Colombia en la superación de la pobreza y la mejora de la seguridad alimentaria, pueden ser insumos para el gobierno, que busca abordar uno de los problemas más postergados de este país.