“Ser solidario es consumir la energía generada en su propio municipio”, es la consigna de un proyecto de generación eléctrica distribuida en una de las muchas áreas pobres de Brasil.
La forma de avanzar en la transición energética y su vinculación con la recuperación económica tras la depresión provocada por la pandemia de covid-19 concentran la atención en América Latina y Europa, según se desprende de la segunda Conferencia sobre Energía de Madrid, que concluyó este viernes 2.
Una cooperativa mexicana de energía solar, Onergia, busca fomentar el empleo digno, aplicar el conocimiento tecnológico e impulsar alternativas menos contaminantes que los combustibles fósiles, en una de las iniciativas alternativas con las que se busca en México avanzar hacia la transición energética.
La expansión de la energía solar fotovoltaica se mantiene en Brasil durante la pandemia de covid-19 y deberá contribuir a la recuperación económica tras la crisis sanitaria.
La humanidad enfrenta dos emergencias indiscriminadas en este momento, un virus y un cambio en sus condiciones ambientales. Ambas emergencias han sido enfrentadas por los países con políticas dispares alcanzando resultados desiguales.
Impactos energéticos muy distintos enfrentan Argentina, Brasil y Chile, ante la crisis económica provocada, o agravada, por un enemigo común, la pandemia de la covid-19
Incentivar el uso de vehículos alternativos y aumentar la yproducción de energía eléctrica a partir de fuentes renovables ofrece oportunidades y retos para Cuba, en un escenario global que acelera la apuesta por medios de transporte ecológicos.
En África solo la mitad de sus 1 200 millones de habitantes tienen acceso a la electricidad, pero sus líderes avanzan ahora a convertir al continente en un líder de la energía renovable.
A mitad de camino entre el sueño de ser una potencia mundial de los hidrocarburos no convencionales de esquisto y las promesas todavía incumplidas de desarrollar las fuentes renovables, Argentina parece marchar sin un rumbo claro en materia energética.
Convertido en un país modelo por sus avances en las energías no convencionales, Chile debate ahora si los ciudadanos que individual o grupalmente generen electricidad pueden lucrarse con la venta de los excedentes de su autoconsumo, algo decisivo para incentivar o no su aporte a la oferta del sector.
La transición en materia de energía tiende a diseminarse por el mundo, pero será más contrastante en Brasil, al sustituir grandes centrales hidroeléctricas por microgeneradoras solares y decisiones gubernamentales por aquellas familiares y comunitarias.
Cuando se pasea por las ciudades cubanas, resulta raro ver algún calentador solar de agua en sus azoteas u otros indicios del consumo de energías limpias, mientras que en las zonas rurales sí aprovechan cada vez más el biogás y programas estatales instalan paneles fotovoltaicos en comunidades aisladas.
Lo primero que lee quien tome cualquier documento oficial de este año en Argentina es: “2017, año de las energías renovables”. El dato revela la importancia que el gobierno le da a la cuestión, aunque plasmar la consigna en la realidad no parece tan fácil como colocarla en el encabezado de los papeles de la administración pública.
La generación descentralizada de electricidad con base en fuentes renovables, especialmente la abundante procedente del sol, es la solución más sostenible y económicamente viable en Paraguay, para que la luz llegue a sus comunidades más aisladas.
Chile está próximo a agotar su modelo económico basado en la explotación de recursos naturales con una base energética centrada en hidrocarburos, y deberá tomar medidas urgentes para alcanzar su meta de reducir sus emisiones contaminantes en 30 por ciento para el año 2030, alertó una nueva evaluación ambiental.
La transición energética de Alemania acumula un proceso de al menos 20 años de evolución, que ofrece lecciones importantes a América Latina de cómo promover energías renovables y desplazarse hacia economías bajas en carbono.
Immerath, a unos 90 kilómetros de la ciudad alemana de Colonia, se volvió un pueblo fantasma. La campana de la iglesia local ya no tañe ni se ven niños en bicicleta por sus calles. Sus antiguos residentes se llevaron, incluso, a sus muertos del cementerio.