Al salir la economía mundial de la crisis de la covid, se prevé que el consumo de carbón se recupere tras su fuerte caída durante la pandemia.
“Ya no conocemos el río Xingu”, cuyas aguas dictan “nuestro modo de vida, nuestros ingresos, nuestra alimentación y nuestra navegación”, lamentó Bel Juruna, una joven lideresa indígena de la Amazonia brasileña.
La región América Latina y el Caribe adoptó las tesis de la Cepal para su recuperación económica y social tras la pandemia covid-19, al concluir los tres días de la 38 asamblea del organismo, guiada de forma virtual desde esta capital.
Si existe algo deficitario en la minería en general y en particular en la del litio es la comunicación y la percepción sobre el sector.
“Ser solidario es consumir la energía generada en su propio municipio”, es la consigna de un proyecto de generación eléctrica distribuida en una de las muchas áreas pobres de Brasil.
El gobierno boliviano que resultará electo en los comicios de septiembre tendrá ante sí un abanico de dilemas respecto a las políticas energéticas a aplicar en ese país andino, cuyo desarrollo actual está atado al gas y tiene altas reservas de minerales determinantes para la movilidad eléctrica, como el litio.
Quienes cultivan arroz en la provincia argentina de Entre Ríos parecen mecánicos. “Andan siempre engrasados, porque transportan todo el tiempo combustible diesel, para sus bombas de agua”, dice el productor Arturo Deymonnaz. Él, sin embargo, no tiene ese problema, porque cultiva el cereal con energía solar.
“Antes era engorroso, almorzaba con las moscas”, recuerda entre risas Pedro Colombari, en su hacienda de 400 hectáreas donde engorda 5000 cerdos y cría 400 vacunos en un pequeño municipio del sur de Brasil.
El estado de Santa Catarina, en el sur de Brasil, es el mayor productor y exportador nacional de carne porcina y en este año encabeza también las exportaciones de carne de pollo, en cuya producción ocupa el segundo lugar.
Los cerdos, que ya eran la gran riqueza de este pequeño municipio del suroeste de Brasil,alcanzaron un nuevo valor como fuente de electricidad.
Para mediados de este siglo, la mitad de la generación de electricidad en el mundo provendrá de fuentes renovables y alrededor de 86 por ciento de la demanda de energía podrá abastecerse con esas fuentes, anticipa un último estudio sobre el sector.
“La energía solar completa mi felicidad”, celebró Divina Cardoso dos Santos, dueña de una de las 740 casas con paneles fotovoltaicos en el techo en un asentamiento residencial en las afueras de esta ciudad del centro de Brasil.
Las inversiones públicas y privadas en materia de energías renovables han convertido a Uruguay en uno de los países más avanzados del sector en América Latina, con metas ambiciosas como alcanzar la neutralidad en carbono para 2030.
Uno de los temores de los pobladores de la Sierra Huasteca en el nororiental estado de San Luís Potosí es la construcción de plantas eléctricas de ciclo combinado, que amenazarían la disponibilidad de agua en esa región de México.
“Nuestro principal desafío es volver a poner en marcha el proyecto”, coincidieron las sindicas de dos conjuntos de viviendas de familias humildes, en los que se instaló una pequeña central de energía solar con fines sociales, en Juazeiro, un municipio del nordeste de Brasil.
Con 80 por ciento de su población viviendo en ciudades y un parque automotor que crece a las tasas más altas del mundo, América Latina tiene las condiciones para iniciar la transición hacia la movilidad eléctrica, pero las políticas públicas no están, al menos por ahora, a la altura de las circunstancias.
Convertido en un país modelo por sus avances en las energías no convencionales, Chile debate ahora si los ciudadanos que individual o grupalmente generen electricidad pueden lucrarse con la venta de los excedentes de su autoconsumo, algo decisivo para incentivar o no su aporte a la oferta del sector.