Autoridades y empresas de Jamaica lanzaron una fuerte campaña para disminuir el uso del plástico y recoger sus desechos, a fin de contar con un ambiente más sano y limpio, favorecer su industria turística y ofrecer nuevas oportunidades a sus comunidades, indicó este martes 26 un informe del Pnuma.
En las escuelas de Jamaica, los patios están desiertos, no se escuchan los habituales gritos de juegos y alegría, las pizarras permanecen limpias y los uniformes cuelgan sin arrugas en los armarios. Cuando se detectó el primer caso de covid a principios de marzo, el gobierno cerró las escuelas primarias y secundarias y más de 500 000 niños y adolescentes pasaron al aprendizaje a distancia.
Una joven empresa de Jamaica comenzó a convertir el sargazo, las grandes algas que obstruyen pesca, turismo y arrecifes en las costas del Caribe, en alimentos concentrados para animales y en combustible para cocinar.
Unos perros ladran a lo lejos, unos pájaros trinan más cerca, mientras un hombre camina entre la niebla, rodeado de una exuberante vegetación. Y por encima de todo, la voz de un hombre con un vibrato muy distintivo canta “Speak Softly, Love (habla suavemente, amor)”.
Jamaica y otros pequeños Estados insulares en desarrollo están abrazando las energías limpias como una herramienta determinante para avanzar hacia la meta de la descarbonización de sus economías durante las próximas décadas.
En 1992, la idea de Dorienne Rowan-Campbell de replantar el cafetal arruinado de su padre parecía imprudente. Pero en perspectiva, fue la mejor decisión que pudo tomar esta consultora en desarrollo internacional y periodista.
Cuatro países del Caribe realizaron un inventario de las principales fuentes de contaminación con mercurio en sus territorios, aunque todavía es necesario trabajar duro para determinar dónde y qué impacto tiene ese metal en la cadena alimentaria marina en la región.
El jamaicano Usain Bolt, el hombre más rápido que jamás ha existido, se sumó a la lucha global contra el hambre, haciendo un llamado a todos a “correr juntos por un mundo sin hambre”.
Ceylon Clayton trata de recuperar un proyecto de cultivo de musgo marino que él y unos amigos habían empezado hace unos años para aumentar los menguantes ingresos que perciben los pescadores de Jamaica.
La Oficina de Meteorología de Jamaica usa desde 2013 una herramienta de predicitibilidad climática para pronosticar sequías o lluvias por “debajo del promedio” en toda la isla como estrategia contra el cambio climático.
Alrededor de 31,1 por ciento, o 337.000 hectáreas, de Jamaica están forestadas, según la FAO. De las cuales 26,1 por ciento, o 88.000 hectáreas, se consideran bosque primario, el de mayor diversidad biológica y capacidad de absorción de carbono.
El Caribe ya disfruta de su nueva supercomputadora de alto rendimiento conocida como Sparks (acrónimo en inglés de Plataforma Científica para la Investigación Aplicada y el Intercambio de Conocimiento), fundamental para pronosticar las variaciones del clima y mitigar los efectos de cambio climático.
A fin de año, Jamaica agregará 115 megavatios de capacidad a la red eléctrica, los que generará a partir de fuentes renovables no convencionales en un intento por reducir el costo de la energía y por diversificar 30 por ciento de su matriz para 2030.
En noviembre de 2013 el Servicio Meteorológico de Jamaica hizo su primer pronóstico oficial de sequía mediante la nueva Herramienta de Previsibilidad del Clima (HPC), la cual pronosticó una alta probabilidad de lluvia inferior a la media en el trimestre siguiente.
Jimmi Jones y su esposa Sandra Lee tienen en la capital de Belice una granja piscícola muy original. El estanque provee de agua y nutrientes a la huerta, la que deja filtrar el líquido que posteriormente se recicla y se vuelve a usar para los peces.
Los residentes de Rocky Point, un pueblo de pescadores en la costa sur de Jamaica, se despertaron una mañana de julio con sus jardines y calles con el agua hasta la rodilla. Los fuertes vientos y las grandes olas hicieron que el mar se adentrara 200 metros, inundara las alcantarillas y obligara a las personas a quedarse en sus casas.
Negociadores de los 15 países de la Comunidad del Caribe (Caricom) trabajan para lograr un acuerdo que permita contener el aumento de la temperatura global por debajo de 1,5 grados centígrados, pero temen que el acuerdo de 10 años para comprar petróleo barato a Venezuela ponga en riesgo sus gestiones.