La justicia de Eslovaquia absolvió por falta de pruebas a un empresario con supuestos vínculos con el crimen organizado de ordenar el asesinato del periodista Ján Kuciak, en un fallo que conmocionó a los activistas por la libertad de expresión y avivó la desconfianza en la justicia y la política de la sociedad de este país centroeuropeo.
La condena del asesino confeso del periodista de investigación Jan Kuciak representa una luz de esperanza para sus colegas y activistas sobre derechos humanos en Eslovaquia, que ahora esperan que se haga justicia con otros involucrados en el crimen, especialmente su mandante.
La propuesta del designado primer ministro de Eslovaquia de financiar a periodistas de investigación para que actúen como vigilantes anticorrupción del gobierno y los organismos públicos hade sido rechazada por la mayoría del sector como "un camino al infierno".
El juicio contra cuatro acusados del asesinato de un periodista y su prometida en Eslovaquia, iniciado este mes, representa un momento histórico para la libertad de prensa y una prueba para la independencia de la justicia y la gobernabilidad democrática en este país de Europa central.
“Nunca conocí una época tan mala como esta”, observó Beata Balogova, vicepresidenta del Instituto Internacional de la Prensa (IPI) y jefa de redacción del eslovaco Spectator Sme. “Con respecto a lo que pasa con los periodistas, vivimos un período único”, apuntó.
Organizaciones de medios internacionales, políticos europeos, periodistas y editores condenaron la acción de la policía de Eslovaquia en la investigación del asesinato de un periodista, por interrogar a una colega del reportero fallecido durante ocho horas y obligarla a entregar su teléfono, poniendo en peligro a sus fuentes.
En un café de esta capital de Eslovaquia, la periodista Zuzana Petkova confesó que al igual que otros colegas dedicados al periodismo de investigación, tiene miedo.