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La población infantil y juvenil es la más afectada por la violencia en El Salvador. Crédito: Ximena Natera y Fernando Santillán/A Pie de Página

Una bomba de tiempo llamada San Salvador

El video circuló los primero días de abril. Tres hombres uniformados y con el rostro cubierto, que aseguran ser agentes de la Policía Nacional Civil, leen un comunicado “junto con el grupo de exterminio libertad o muerte”, en el que

Trabajadoras confeccionan ropa deportiva de una marca estadounidense en una maquila de la Zona Franca de San Bartolo, en el municipio de Ilopango, en el este de El Salvador. En la planta trabajan 350 personas por cada turno de ocho horas, 80 por ciento mujeres, que ganan el salario mínimo. Crédito: Edgar Romero/IPS

Maquilas salvadoreñas usan pandilleros contra sindicalistas

Compañías textiles que confeccionan ropa para marcas transnacionales en El Salvador son acusadas de aliarse con pandilleros para amenazar de muerte a los trabajadores y romper sus sindicatos, según denuncias de personal afectado recabadas por IPS y por agrupaciones internacionales.

Líderes de la Mara Salvatrucha en el penal de Ciudad Barrios, en el departamento salvadoreño de San Miguel, en 2012. Crédito: Tomás Andréu/IPS

Medidas efectistas agrietan acuerdos anticrimen en El Salvador

Las elecciones municipales y legislativas en marzo y la contratación del exalcalde neoyorquino Rudolph Giuliani como una suerte de zar anticrimen, no son la mejor ecuación para propiciar una baja en los índices de homicidios en El Salvador, coinciden analistas.

Migrantes infantiles son una arteria abierta en América Central

La crisis migratoria desatada por los miles de niñas y niños de América Central detenidos en  Estados Unidos, representa una pérdida masiva de generaciones que huyen de la pobreza, la violencia y la inseguridad en Honduras, Guatemala y El Salvador,

Nuevo gobierno de El Salvador ante el rompecabezas de las pandillas

Cuando el 1 de junio el izquierdista Salvador Sánchez Cerén asuma la Presidencia de El Salvador, encontrará graves grietas en la tregua entre las pandillas delictivas, que gestionó el gobierno saliente y que por dos años mantuvo contenida la criminalidad.