La pesca y la acuicultura mundiales se han visto gravemente afectadas por la covid-19 y pueden afrontar nuevas perturbaciones en 2021, pues los confinamientos incidirán en la oferta y la demanda de todo el sector, según el más reciente informe divulgado por la FAO en esta capital.
La pesca costera en las islas del Pacífico se ha convertido en la fuente de alimentación y sustento para muchas personas que han perdido sus empleos, especialmente en las urbes y el sector del turismo, por el eco de los cierres fronterizos y otras restricciones establecidas en el mundo para contener la pandemia de covid-19.
Las costas que rodean el mar Caribe están recibiendo cada vez más descargas de material desde los campos y ciudades adyacentes, lo que amenaza principalmente al turismo, la
pesca y la biodiversidad. Pero también, al 60 por ciento del producto interno bruto (PIB) de la región, ya que este depende de la explotación de esos recursos y actividades.
La humanidad está en una encrucijada por el futuro de la naturaleza, y para garantizar su bienestar y proteger el planeta debe emprender ocho transformaciones pendientes, afirmó un informe del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) de la ONU divulgado este martes 15.
La presencia de
una enorme flota china frente a los límites del mar territorial insular de Galápagos ha provocado indignación entre ecuatorianos, científicos y conservacionistas del mundo. Allí, unas 260 embarcaciones se encuentran pescando principalmente pota o calamar gigante (
Dosidicus gigas).
Habiendo agotado las
poblaciones de peces en aguas internas, las flotas de grandes naciones pesquera, especialmente de China, ahora se trasladan hacia aguas territoriales de los países de bajos ingresos para satisfacer la creciente demanda de mariscos, según un estudio publicado por el Instituto de Desarrollo de Ultramar (ODI).
Este año ha estado marcado por la amenaza de un nuevo coronavirus y los sacrificios de la sociedad para combatirlo, con una determinación y voluntad política que ha faltado en la lucha contra el cambio climático.
Las advertencias de vientos fuertes, olas muy elevadas y visibilidad reducida a lo largo de la costa de África oriental son cada vez más comunes.
La vida en este pequeño poblado de 500 habitantes en el noroeste de México gira alrededor del surf y la pesca. Aquí el océano Pacífico es potente y dadivoso. Las playas son visitadas en el verano por surfistas que practican en la bahía Escorpión, famosa por tener la segunda ola más larga del mundo.
América Latina debería asumir un liderazgo mundial en la adopción de medidas efectivas para proteger los océanos, amenazados por la pesca ilegal, el impacto del cambio climático y la contaminación marina por desechos plásticos y la acidificación.
Un relieve de hace 4.200 años en la tumba del visir Mereruka muestra la asombrosa variedad de peces que otrora habitaron el río Nilo y sus humedales. Pescadores del antiguo Egipto tenían sus redes repletas de aquel botín, incluido el sagrado oxirrinco, que se capturaba y criaba pero jamás se comía.
Más de dos millones de personas que dependen directamente del tercer lago más grande de África para su subsistencia esperan con ansias que una mediación internacional resuelva la histórica disputa entre Malawi y Tanzania por esa fuente de agua dulce.
La reconstrucción de la caleta de pescadores de Boyeruca, arrasada por el tsunami que barrió la zona centro sur de Chile el 27 de febrero de 2010, se planteó como ejemplo de obra ecológica y sostenible.
Argentina está dando pasos acelerados en la creación de áreas marinas protegidas. En los últimos 10 años, este tipo de preservación en aguas saladas se extendió y por primera vez se sumará a la red una zona en el océano Atlántico.
Aumentan los reclamos mundiales para que las grandes potencias pesqueras dejen de subsidiar flotas internacionales cuyos métodos atentan contra los recursos marinos y reducen las capturas de los pescadores artesanales.
En la República de Palaos existe un refugio seguro para tiburones que es tan grande como el territorio de Francia y que además se ha convertido en una millonaria fuente de ingresos por el turismo.
El cambio climático alterará el olfato de los caracoles marinos de Chile, que les permite eludir a su archienemigo, un cangrejo depredador, afirman científicos de ese país que presentaron sus hallazgos en un simposio en esta ciudad californiana del oeste de Estados Unidos.