El caos en el Capitolio de Estados Unidos el miércoles 6 de enero no fue típico. Tampoco su cobertura.
Las imágenes transmitidas en vivo por los canales de noticias y las compartidas en redes sociales fueron impactantes. Una
fotografía mostraba a un hombre con los pies sobre el escritorio de la oficina de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi. Un
video mostraba a una multitud persiguiendo a un oficial de policía mientras este corría escaleras arriba.
En el período previo a las elecciones presidenciales estadounidenses, el riesgo de violencia postelectoral era
alto. Las predicciones se hicieron realidad este miércoles cuando miles de manifestantes pro Donald Trump irrumpieron en el Capitolio de Estados Unidos, en un acto sin precedentes, cuando el Congreso estaba a punto de ratificar la victoria del presidente electo Joe Biden.
El asesinato de João Alberto Freitas el 19 de noviembre podría limitarse a tan solo otra agresión más contra los negros en Brasil, aunque esta vez de consecuencias fatales, pero su repercusión lo convierte en un hito que tiende a ampliar e intensificar la lucha contra el racismo.
En una manifestación mayoritariamente pacífica, el edificio del Congreso de Guatemala ardió el sábado 21, como reflejo del descontento por un presupuesto para 2021 que la Alianza gubernamental aprobó de noche y sin debate. Es el símbolo de un país en el que cada esquina es inflamable y los grupos de poder parecen no dejar de jugar con chispas.
El lunes 9 de noviembre, luego de que el legislativo Congreso de Perú aprobara velozmente la vacancia del presidente Martín Vizcarra por indicios de corrupción y designara como
presidente interino a Manuel Merino, miles de ciudadanos en Lima y varias ciudades del país salieron espontáneamente a las calles a protestar.
De la posverdad se habla tanto que, en el año 2016, “posverdad” fue nombrada palabra del año por los
diccionarios Oxford. ¿Pero a qué fenómeno se refiere esa palabra? En un principio, cabría decir que en tiempos de posverdad se ha dejado atrás la verdad, como en la posmodernidad se pretendía superar la modernidad. ¿En qué consiste eso de dejar atrás la verdad?
Cientos de heridos, incluyendo policías y civiles, 75 heridos de bala y 14 civiles muertos. Este es el resultado hasta ahora de los disturbios y protestas ocurridas en Bogotá y en otras ciudades colombianas en los últimos días.
Las agresiones a periodistas durante la cobertura de protestas se incrementaron en los últimos cinco años en el mundo, y al menos 10 de ellos fueron asesinados en medio de las manifestaciones, reportó este lunes 14 un nuevo informe de la Unesco.
Una comunidad afectada por envenenamiento con plomo en Kenia ganó un juicio por daños ambientales y obtuvo una compensación de 13 millones de dólares, informó este lunes 14 la oficina de la alta comisionada para los Derechos Humanos de la ONU (Acnudh).
Hay muchos motivos históricos e intereses económicos detrás de las asiduas visitas del presidente francés
Emmanuel Macron a Beirut en los últimos meses. Líbano se está enfrentando a una nueva crisis económica, política y social que en el pasado dio origen a una peligrosa falta de seguridad que puso al país entero en una débil situación, en la que la verdadera soberanía brilla por su ausencia.
La justicia de Eslovaquia absolvió por falta de pruebas a un empresario con supuestos vínculos con el crimen organizado de ordenar el asesinato del periodista Ján Kuciak, en un fallo que conmocionó a los activistas por la libertad de expresión y avivó la desconfianza en la justicia y la política de la sociedad de este país centroeuropeo.
Las cifras son dolorosamente claras: en México defender el medio ambiente es una actividad de alto riesgo, especialmente para los activistas indígenas. La organización
Global Witness acaba de publicar su nuevo informe sobre asesinatos de defensores ambientales, y en su conteo registra a dieciocho activistas mexicanos asesinados en 2019. Más de la mitad de los defensores muertos pertenecían a algún pueblo originario.
El racismo en Brasil es más mortal que en Estados Unidos, si se toma en cuenta la violencia policial contra los negros, pero tiene matices que hacen más compleja la lucha por su erradicación.
Dentro de seis meses se celebrarán las elecciones presidenciales en Estados Unidos. Queda un mundo porque, si algo hemos aprendido de la presidencia de Donald J. Trump, es el carrusel político y emocional de sus decisiones y actuaciones. Quienes seguimos la actualidad estadounidense sabemos que no es un personaje fácil de tumbar.
Un ciudadano negro es asesinado en Minnesota a sangre fría por un agente de la policía y el mundo entero se moviliza ante la brutal atrocidad. Esta reacción nos llevaría a darle la razón –al menos por una vez– a Immanuel Kant, quien observó hace ya dos siglos que la comunidad entre los pueblos del mundo había devenido tan estrecha que
“la violación del derecho en un punto de la tierra se hace sentir en todos”.
Después de un período de silencio forzoso debido a las cuarentenas de covid-19, ciudadanos de todo el mundo están desafiando las restricciones del coronavirus y han
vuelto a las calles para luchar por la democracia real, empleos, salarios dignos, servicios públicos, derechos humanos y contra la corrupción, la desigualdad y la injusticia.
Tan alto como es, si continúa haciendo eso lo echaré del país", tronó en 2008 el entonces presidente de Zimbabwe, Robert Mugabe. Su rabia apuntaba al embajador de Estados Unidos, James McGee, después de que el diplomático cuestionó los resultados de las elecciones generales del país ese año.