São Francisco

Tocones de cocoteros que secó la última sequía en São Gonçalo, en el municipio de Sousa, en el nordeste de Brasil. En 2012, las autoridades hídricas suspendieron la irrigación, para asegurar el suministro de agua para consumo humano, ante la fuerte caída del agua embalsada, que se prolongó por cinco años más. Crédito: Mario Osava/IPS

Diversificar los cultivos ayuda a superar las sequías en Brasil

Decenas de camiones salían cada día de São Gonçalo,  llevando su producción agrícola, principalmente cocos, a los mercados de todo Brasil, incluso a las ciudades de Río de Janeiro y São Paulo, distantes más de 2.000 kilómetros.

Sobradinho o cuando el Semiárido brasileño se volvió mar

Sobradinho o cuando el Semiárido brasileño se volvió mar

Pocos casos muestran los impactos para la gente y para los ecosistemas de la construcción de grandes centrales hidroeléctricas en Brasil como la de Sobradinho, en la ecorregión del Semiárido, en el nordeste de Brasil, en operación desde finales de

El campesino João Afonso, entre sus sandias y otras plantas forrajeras, en su finca en el municipio de Canudos, en el estado de Bahia, en la ecorregión del Semiárido de Brasil. Gracias al manejo del agua y de la tierra, las sequías dejaron de castigarle a él, a sus cultivos y a sus animales. Crédito: Gonzalo Gaudenzi/IPS

La sequía da frutos en la región del Semiárido brasileño

Campos verdes irrigados de viñedos y otros monocultivos, conviven en la ecorregión del Semiárido, en el nordeste de Brasil, con secas planicies salpicadas de cactus floridos y cultivos nativos campesinos. Dos modelos de desarrollo en pugna, con frutos muy diferentes.

Familias tuxás durante un descanso, mientras construyen en Surubabel su nueva aldea, en lo que consideran la retoma de sus tierras ancestrales, en la ribera de lo que antes era el río en medio del que vivían, el Sao Francisco, y ahora es un embalse en el los límites entre los estados de Pernambuco y Bahia, en Brasil. Crédito: Fabiana Frayssinet/IPS

El paraíso indígena de los tuxás, sumergido bajo las aguas

Los tuxás habitaban desde hacía siglos en el norte del estado brasileño de Bahia, en las riberas del río São Francisco, pero en 1988 su territorio fue inundado por la central hidroeléctrica de Itaparica y desde entonces se convirtieron en

Obras del Complejo industrial de Puerto de Suape, en el estado de Pernambuco, en el nordeste de Brasil. Allí operarán unas 200 empresas de variados sectores. Crédito: Mario Osava/IPS

Más igualdad económica trae más polarización política en Brasil

“Si fuera hoy me quedaría allá, no vendría a buscar trabajo acá”, aseguró Josefa Gomes, quien hace 30 años migró de Serra Redonda, pequeña localidad del Nordeste brasileño, a esta ciudad de Rio de Janeiro, a 2.400 kilómetros de distancia.

Indígenas brasileños mal conviven con las aguas represadas

La central hidroeléctrica de Itaparica ocupó territorio de los indígenas pankararu, pero mientras a otros los compensaron, a ellos solo les tocó perder sus tierras y el acceso al río São Francisco, se quejan líderes de ese pueblo del Nordeste

Desarrollo llega tras devastación por embalse en Brasil

Valdenor de Melo espera desde hace 27 años la tierra y la indemnización monetaria que le corresponden porque su antigua finca quedó bajo las aguas del embalse hidroeléctrico de Itaparica, en el río São Francisco, en la región del Nordeste

Cuidar el agua es un deber energético en Brasil

La construcción de grandes centrales hidroeléctricas en Brasil enfrenta al gobierno y las empresas en numerosas escaramuzas con ambientalistas, indígenas y movimientos sociales. Pero la generadora binacional de Itaipú es una excepción, donde se practica la colaboración.