En los hogares de todo el mundo son predominantemente las mujeres, a menudo con menos sueldo y menos seguridad laboral que los hombres, las que están sacrificando sus empleos y carreras ante la covid-19, expuso este lunes 30 un reporte de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Y en eso llegó la covid-19.
En lo que va del siglo XXI, investigadores, decisores, tecnólogos, gobiernos nacionales, estábamos entusiasmados con los avances de la Sociedad del Conocimiento en los países de América Latina y el Caribe. El panorama era promisorio: en 2019, la región ocupaban el cuarto lugar en cuanto a usuarios de Internet, detrás de Asia, Europa y África.
A lo largo del último siglo se han producido siete crisis que han tenido repercusión a escala mundial. Dos guerras mundiales (de 1914 a 1918 y de 1939 a 1945); dos pandemias sanitarias mundiales, a saber, la gripe española (en 1918) y el VIH/sida (en el decenio de 1980); una crisis política de gran trascendencia (en 1989, al concluir la guerra fría); y dos crisis financieras (en 1929 y en 2008).
Los países latinoamericanos deben adoptar una cesta de tecnologías de la información y las comunicaciones para universalizar que su población contrarreste los impactos provocados por la pandemia covid-19, propuso este miércoles 26 la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
Cuando la pandemia de covid-19 obligó al confinamiento de buena parte del mundo, millones de personas tuvieron que pasar a trabajar desde sus hogares, mientras sus oficinas permanecían cerradas. Y eso sucedió en muchas ciudades de Estados Unidos, incluida Nueva York, a fines de marzo.
La pandemia de covid-19 amenaza con revertir las mejoras registradas en las oportunidades económicas de las mujeres y en ampliar las brechas de género que aún persisten, pese a 30 años de progresos.
Un diseño adecuado de las políticas para impulsar la recuperación puede mitigar los efectos negativos de la crisis sobre las mujeres y evitar nuevos retrocesos en la igualdad de género. Lo que es bueno para las mujeres es, a la larga, bueno para abordar la desigualdad de ingresos, el crecimiento económico y la resiliencia.
La pandemia de covid-19 está devastando los mercados laborales de todo el mundo. Decenas de miles de trabajadores han perdido sus empleos, millones de personas se han quedado fuera de la fuerza laboral y muchas ocupaciones enfrentan un futuro incierto.