La directora dominiquesa Clarissa Etienne, expresó durante la última reunión del Comité Ejecutivo de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el 23 de junio, su preocupación por la crisis financiera sin precedentes que atraviesa la institución intergubernamental que dirige.
En 2017, robaron la tienda de electrónica de Zubedah Nakitende y los ladrones destrozaron todo su inventario. Entonces, ella recordó que un colega le había contado sobre trabajos muy bien remunerados en Jordania y decidió buscar un empleo allí en el servicio doméstico, en que ganaría 740 dólares al mes.
“Las formas tradicionales de esclavitud se han penalizado y abolido en la mayoría de los países, pero todavía prevalecen las formas contemporáneas de esclavitud en todas las regiones del mundo”, precisó la sudafricana Urmila Bhoola, relatora especial de la ONU sobre formas contemporáneas de esclavitud.
El gabinete de India aprobó el proyecto de ley sobre Tráfico de Personas, que propone penas que pueden ir de 10 años de cárcel a cadena perpetua por trata y tráfico humano con el fin de mendicidad, prostitución, trabajo forzado o matrimonio, entre otras.
La estrategia de “Muro de Contención” de Nicaragua, destinada a garantizar su seguridad interna, ostenta éxitos con su política contra el delito transnacional, pero tiene como grandes víctimas a los migrantes a los que se bloquea en forma implacable su pase por el territorio en el camino hacia su meta: Estados Unidos.
Cada año, unos tres millones de personas que emigran de sus países entran ilegalmente a Estados Unidos y la mitad lo hace con la guía de algún traficante, en un negocio de casi 7.000 millones de dólares, según datos de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC).
La crisis protagonizada en varios puntos fronterizos de América Latina por miles de migrantes de Cuba pujando por llegar a Estados Unidos, reflota un problema no resuelto entre ambos países pese a convenios, negociaciones y el deshielo diplomático iniciado hace un año.
Solo tiene 16 años, pero el bangladesí Mohammad Yasin ya vivió un infierno del que pudo escapar de milagro. Logró sobrevivir a una peligrosa travesía por el océano Índico, hacinado junto con otras 115 personas en la bodega de una precaria embarcación.
“No digo que todo el mundo tenga que ser trabajador sexual, pero se gana más dinero” que en otros rubros, señaló a IPS el camboyano Virak Horn, de 32 años, quien realiza esa actividad de modo independiente en Phnom Penh. Sus ingresos le permiten mantener a su familia y pagar sus estudios universitarios.
El largo debate sobre cómo regular el trabajo sexual llegó a un punto de ruptura entre la ONU y organizaciones que combaten la trata de personas. Estas creen que el foro mundial debe rever su posición, reflejada en dos informes que promueven la despenalización de todos los aspectos de la prostitución.