Más de 50 países de todos los continentes lanzaron este lunes 11 una coalición de “alta ambición para la naturaleza”, copresidida por Costa Rica, Francia y Reino Unido, para proteger al menos 30 por ciento de la tierra y de los océanos del planeta.
Cuba despide un año signado por los efectos de la pandemia de covid, la profundización de la crisis económica y el empeoramiento de relaciones con Estados Unidos, mientras se alista para un desafiante reacomodo de su tejido socioeconómico desde el primer día de 2021.
La pesca costera en las islas del Pacífico se ha convertido en la fuente de alimentación y sustento para muchas personas que han perdido sus empleos, especialmente en las urbes y el sector del turismo, por el eco de los cierres fronterizos y otras restricciones establecidas en el mundo para contener la pandemia de covid-19.
Las costas que rodean el mar Caribe están recibiendo cada vez más descargas de material desde los campos y ciudades adyacentes, lo que amenaza principalmente al turismo, la
pesca y la biodiversidad. Pero también, al 60 por ciento del producto interno bruto (PIB) de la región, ya que este depende de la explotación de esos recursos y actividades.
La caribeña Federación de San Cristóbal y Nieves ha adoptado un programa de lucha contra su “enemigo interno”, la erosión que devora sus suelos, con apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma).
Casi medio millón de trabajadores del turismo en el área del Caribe se enfrentan a la pérdida de empleos, reducción de horas de trabajo y disminución de ingresos, como consecuencia del desplome del sector este año, a raíz de las medidas impuestas para enfrentar la pandemia covid-19.
El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, destacó la importancia de que el sector turismo en el mundo se reconstruya, después de la pandemia covid-19, sobre una base “segura, equitativa y respetuosa con el clima”, en una declaración este martes 25.
Las pérdidas del negocio turístico mundial por la pandemia covid-19 pueden pasar de tres billones de dólares este año y los países del Sur en desarrollo están en primera línea entre los afectados, según informes concordantes de organismos del sistema de Naciones Unidas.
Una joven empresa de Jamaica comenzó a convertir el sargazo, las grandes algas que obstruyen pesca, turismo y arrecifes en las costas del Caribe, en alimentos concentrados para animales y en combustible para cocinar.
Son las 11 de la mañana de un sábado cuando Luke Okomo llega a la playa de Dunga, en las afueras de la ciudad de Kisumu, en Kenia, y se dirige directamente a lo que se conoce como la pasarela de los papiros.
Las estadísticas del cierre de 2019 reportaron una baja de 9,3 por ciento en el número de turistas internacionales en Cuba, una caída que resultaba perceptible en las calles de los destinos más visitados y confirma que se desinfló el boom vivido desde 2015 en el sector.
El sector de los viajes y el turismo, con sus importantes beneficios económicos y sociales, no tiene más remedio que transformarse para sobrevivir y prosperar frente al cambio climático, dijo la secretaria ejecutiva de las Naciones Unidas para el Cambio Climático, Patricia Espinosa, a los representantes de este sector en la COP25.
La emoción de ver de cerca una ballena o a un banco de delfines retozando en el océano son experiencias cada día más buscadas, y eso aumenta la demanda por tours para avistar estos cetáceos en su hábitat natural. Pero convertirse en una atracción turística también representa nuevos peligros para esa fauna y sus ecosistemas.
Cuando cae la tarde de un sábado de agosto, apenas dos mesas permanecen vacías en el restaurante privado La Farmacia, ubicado en el Callejón de los Peluqueros, una calle peatonal de La Habana Vieja repleta de emprendimientos dirigidos a los turistas internacionales.
Con banderolas blancas, azules y rojas, carteles e insignias nacionales que hicieron con sus propias manos, varias trabajadoras de una tienda estatal y vecinos engalanaron su barrio con motivo al Festival Internacional de Cine (FIC) de Gibara, ciudad del este de Cuba.
La vida de la sudafricana Joy Daniels dio un vuelco cuando, de ser limpiadora en una pensión, pasó a trabajar en una empresa de comercio justo en la que pronto fue ascendida a gerenta. Actualmente dirige una agencia de viajes.
Solo el nombre Berbera ya sugiere algo exótico y evoca imágenes de muelles tropicales, comerciantes morenos y atardeceres encendidos con aroma a especias, inciensos y aceite de palma.